02 octubre, 2018

Plagio en los contenidos de formación

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Imagen: Grupo Femxa

Uno de los temas más controvertidos dentro de la creación es el plagio. Decía Pío Baroja que «Todo lo que no es autobiografía es plagio», una afirmación bastante rotunda que deja entrever la problemática de la originalidad, sobre todo hoy en día, en la que la información es accesible con solo un clic. En el mundo editorial son conocidos los casos de autores acusados de plagio: Arturo Pérez Reverte, Camilo José Cela, Alfredo Bryce Echenique o José Saramago son algunos de los nombres de autores consagrados a los que en algún momento se ha dudado de su honestidad creativa. Sin duda, el plagio o, en el caso de la edición, el negro literario o escritor invisible, es la acusación más grave y el crimen más atroz del que se le puede acusar a un creador. También es cierto que la historia del plagio siempre va unida a la historia de la literatura. Esta mímesis o imitatio peregrinas han enriquecido nuestra tradición artística, y, en ocasiones, la copia superaba el original. El principal requisito que, como editorial, solicitamos a nuestros autores es que sus contenidos sean originales, entendida esta originalidad en su sentido más estricto: que toda su creación resulte de su inventiva. Es obvio que en el ámbito educativo o formativo, el autor tendrá que echar mano de teorías ya expuestas o de afirmaciones ya enunciadas por otros, pero para ello existe el denominado «derecho de cita» (artículo 32 del Texto Refundido de la Ley de propiedad intelectual). 

El concepto

Este concepto legal permite incluir fragmentos de obras ajenas siempre que se cumplan una serie de requisitos (más información). Son muchas las ocasiones en las que detectamos plagios en los contenidos que nos envían. En algunos casos, son fusilamientos directos de otros textos ya publicados; algunos son simples afirmaciones tan asentadas en la sociedad que consideramos como propias; otros son citas no referenciadas correctamente… Muchos plagios los hemos identificado en esta particular clasificación: Plagio total o directo: el autor toma como suyas ideas ajenas. El autor copia y pega directamente texto que no es de su autoría sin acreditar la fuente original. Puede ser un plagio total de fuentes verídicas (textos científicos o prácticos específicos de la temática y reconocidos) o de fuentes no verídicas y de uso común y libre (por ejemplo, Wikipedia). Si se realizan cambios mínimos en el texto original (inclusión de palabras, cambios ortográficos o de puntuación, etc.), también se considera plagio total o directo. Plagio parcial (paráfrasis textual): el autor realiza una paráfrasis sin citar la fuente original, es decir, realiza una copia en forma y contenido no literal, formulando las ideas con palabras diferentes. Cita no referenciada: el autor no referencia correctamente al autor de una cita, pero sí la entrecomilla ejerciendo el derecho de cita. Suele suceder con textos legislativos. También se considera que una cita está incorrectamente referenciada cuando el autor no detalla todos los datos de la fuente (nombre de autor, año de publicación, título de fuente, etc.) o la cita no es literal cuando debería serlo (cambio de términos y frases)

Autoplagio consentido

 El autor también lo es de otros proyectos desarrollados por la editorial e incluye el mismo texto en varios proyectos de libro. Asimismo, el autor es también administrador y autor de un blog o página web y copia contenido de estas fuentes (se valoraría cada caso). Es un refrito o reciclaje permitido de contenidos de autoría propia. Autoplagio no consentido: el autor tiene otras publicaciones en el mercado, y copia y pega contenido en el proyecto de libro que está desarrollando para la editorial. Tendríamos que comprobar el tipo de contrato o colaboración formada con la otra entidad editora. Afirmaciones breves de dominio público: se considera texto libre y de dominio público ciertas afirmaciones breves tales como «El espacio es igual a la velocidad por el tiempo» o «La primera Revolución Industrial tuvo lugar en Reino Unido a finales del siglo XVIII». Solo se considerarán no plagios frases breves como los ejemplos enunciados; las explicaciones teóricas tendrán que ser aportadas por el autor.

Plagios en los contenidos de formación
                                       Imagen: https://www.grupofemxa.es/plagio-contenidos-formacion/


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